Guía Alhambra
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La Guía Alhambra proporciona información útil y práctica para que puedas preparar la visita al conjunto monumental por tu cuenta.
En este apartado te explicamos las partes más importantes del monumento, cómo debes recorrerlo y el tiempo que necesitas para visitar todo el complejo monumental. Además, tendrás el contenido documental e histórico más importante.
Para organizar tu visita, lo primero que debe saber es 👇
El tiempo ⏱ que necesita para ver el monumento. Si quieres ver toda la Alhambra necesitas disponer de 3 horas como mínimo.
Otro dato muy importante es conocer las partes en las que divide la Alhambra:
En esta fortaleza encontramos las característica básicas de una ciudad hispano-musulmana:
La zona militar donde residía la guardia real encargada de custodiar la ciudad (la Alcazaba), la residencia real donde se alojaba la realeza (los Palacios Nazaríes) y su palacios de verano (el Generalife). Por último, la zona civil donde vivía la mayor parte la población (la Medina).
Antes de continuar, debes saber que puedes ver las distintas partes del monumento en el orden que quieras a excepción de los «Palacios Nazaríes» ya que tienen un horario asignado y vendrá indicado en tu entrada.
Por lo tanto, debes organizar tu visita en base al horario de los Palacios Nazaríes.
No obstante, aquí tienes el itinerario que te recomendamos 😉
Puedes comenzar tu visita por la Alcazaba o zona militar donde residían los militares encargados de custodiar todo el conjunto monumental.
Se encuentra presidida por la Plaza de los Aljibes, en época nazarí fue un barranco y no fue hasta 1494 cuando se construyó por el Conde de Tendilla un aljibe abovedado en el subsuelo, dando como resultado la plaza que vemos en la actualidad.
Plaza de los Aljibes
Esta colosal fortaleza defensiva “la Alcazaba”, fue construida por Muhammad Alhamar. Gracias a él, esta ciudad palatina se constituyó en una inexpugnable fortaleza para aquellos tiempos tal y como relata Gómez Moreno en su Guía sobre Granada. Pero además, Muhammad Alhamar supo extraer y canalizar el agua del río Darro hasta el monte de la Sabika (actual emplazamiento de la Alhambra).
Desde la Plaza de los Aljibes divisamos tres de las torres de la Alcazaba, la Torre del Adarguero, la Torre Quebrada y la Torre del Homenaje.
Esta última torre alberga en su interior un total de cinco plantas, azotea y sótano o mazmorra y a sus pies se encuentra el acceso real a la Alcazaba.
Pero la torre más emblemática de la Alcazaba a pesar de haber perdido altura tras un terremoto en el s. XVI es la Torre de la Vela, en ella se mostró por primera vez la cruz de la conquista cristiana.
A través de ella se controlaba y regulaba el regadío de la vega granadina.
Muy cerca de ella hallaremos otra torre que nos llamará la atención por su forma redondeada y es la Torre del Cubo, construida por los cristianos, para reforzar la muralla.
Una vez inmersos en el interior de la Alcazaba nos encontramos con la Plaza de las Armas, cuya función principal fue militar pero que a su vez servía como zona residencial para la guardia del monarca.
En el interior de la Alcazaba, también hay mazmorras. En concreto, de las trece que se han hallado en el conjunto monumental, tres están localizadas bajo las principales torres de la Alcazaba, una en la Torre del Homenaje, otra en la Torre de la Vela y la tercera bajo la Torre Quebrada.
Antes de concluir este apartado de la Alcazaba haremos una breve mención a la Puerta de las Armas, edificada a finales del s. XIII, con el tradicional recodo almohade a modo defensivo y que constituyó uno de los principales accesos de los granadinos a la Alhambra.
Otro de los apartados más importantes de la guía Alhambra es el que trata sobre los palacios reales. Los Palacios Nazaríes están formados por un conjunto de tres monumentos independientes entre sí:
Estos palacios se construyeron de manera independiente, coexistiendo finalmente con funciones diferenciadas.
El Mexuar, se correspondía con la zona pública y se utilizaba para al administración de justicia.
El Palacio de Comares, tenía una zona pública y otra privada ya que a él podían acceder altos cargos y ministros.
El palacio de los Leones, estaba destinado al uso privado del monarca y su familia.
La entrada actual a los palacios se realiza directamente a través del Mexuar.
Pero el recorrido que debían realizar aquéllos que querían acceder a palacio en época nazarí, comenzaba a partir de la cara norte de la Plaza de los Aljibes, donde actualmente se encuentra la Torre de Muhammad o de las Gallinas y el Patio de Machuca.
Éstos fueron los verdaderos obstáculos que debía atravesar el visitante para acceder al Mexuar, pero en la actualidad sólo quedan restos arqueológicos.
La sala del Mexuar ha sufrido múltiples modificaciones, pero la más drástica fue la realizada entre 1537 y 1544 por los cristianos, cuando convirtieron este espacio que originariamente se constituyó como sala de audiencia para la administración de justicia, en capilla.
Hoy en día, en esta estancia conviven en armonía los elementos cristianos con los musulmanes, sin desmerecer en nada los unos a los otros.
El recorrido sigue hacia el Patio del Cuarto Dorado, donde se observa en su cara sur una ornamentación de extremada belleza, en la que se puede apreciar el atractivo del arte nazarí en su máximo esplendor y, en su fachada norte nos encontramos con tres arcos peraltados, por los que se accede al Cuarto Dorado.
En el centro del patio hallaremos una fuente de planta baja, una copia exacta de la original que se encuentra en el museo de la Alhambra.
Se dice que en el Cuarto Dorado se anotaba y ejecutaba la sentencia del sultán y además servía de separación entre la vida pública y privada.
Continuando con el recorrido se avanza hacia el Palacio de Comares, construido por Yusuf I. Este palacio se divide en un gran patio rectangular rodeado por estancias.
El patio es un elemento de gran importancia en el mundo musulmán, ya que muestra el rango económico y social de sus regentes.
Las estancias más significativas de este palacio son: el Patio de los Arrayanes, la Sala de la Barca y la Sala de Embajadores.
Todo este recinto gira en torno a una alberca central, en sus lados menores (norte y sur) encontramos una arquería de siete vanos, sostenidos por columnas típicamente nazaríes, siendo el arco central el de mayor tamaño.
Traspasando esta arquería por el lado norte nos encontramos con la Sala de la Barca, llamada así por la forma de bóveda que se asemeja a una barca invertida.
Tras atravesar la Sala de la Barca nos encontraremos con el Salón del Trono llamado también de Embajadores (ubicado en el interior de la Torre de Comares), se encuentra rodeado por nueve pequeñas alcobas donde se sentaba el monarca y sus visires a escuchar las demandas de los embajadores.
Este espacio tiene una bellísima decoración y una techumbre con inmensa simbología, en la que se representan los siete cielos del islam.
Continuando por el lado sur del Patio de los Arrayanes se eleva ante nosotros una segunda planta con siete ventanas y sobre ella otra galería de menor tamaño con siete arcos.
Por los lados mayores del patio nos encontramos con alcobas con la misma distribución, todas ellas tienen planta superior y ventanas.
Cuenta la leyenda que estos espacios estaban destinados a las cuatro mujeres legítimas que un musulmán puede tener, pero estudios más recientes creen que estas estancias estaban destinadas a los funcionarios de la época.
Otro elemento de gran interés que encontramos en uno de los laterales del Patio de los Arrayanes es el Baño Árabe o Hammam, este baño es conocido por el nombre de Baño de Comares y es el único que se conserva de los palacios, se sabe que en época nazarí cada palacio albergaba su propio baño, pero éste fue el único que se mantuvo hasta nuestros días, debido a que se usó como baño particular de los Reyes Católicos.
En la actualidad este espacio no está abierto al público por razones de conservación y mantenimiento.
Pese a que los palacios inicialmente estaban separados entre sí, los Reyes Católicos los unieron para adaptarlos mejor a sus necesidades, abriendo un acceso desde la Sala de los Mocárabes hasta el Patio de los Leones.
El Palacio de los Leones fue construido por Muhammad V en 1378, coincidiendo con el periodo de mayor esplendor del sultanato nazarí y, a diferencia del Patio de Comares, en el patio de este palacio, conocido como el “Patio de los Leones” están representados los cuatro ríos del paraíso que convergen en la fuente central conocida como “La Fuente de los Leones”.
Bordeando el patio rectangular cuyo eje central se sitúa en la Fuente de los Leones, se encuentra una galería compuesta por 124 columnas, donde destacan a ambos lados (este y oeste) unos templetes de planta cuadrada cubiertos con una cúpula de madera sujeta con columnas y arcos decorados con pechinas mocárabes que permiten la entrada de la luz.
Toda esta decoración produce sensaciones mágicas en el visitante.
Alrededor de este patio se encuentran diversas salas, entre las cuales se halla la Sala de los Mocárabes. Se dice de ella, que debió ser lugar de recepción. La cúpula de esta sala se cayó tras una explosión de un polvorín en una casa cercana en 1590, siendo sustituida la cúpula en el s. XVII por la actual. En este espacio se observa un inmejorable paisaje de columnas y arcos mocárabes que ofrecen una perspectiva insuperable de la Fuente de los Leones.
A continuación se encuentra la Sala de los Abencerrajes, destinada a estancia residencial. Está compuesta en su interior por una fuente central de mármol y dos alcobas a los lados separadas con arcos, además de una impresionante cúpula de ocho puntas decorada con mocárabes que hacen alusión a la transición de la tierra al cielo.
Continuando el recorrido accederemos a la Sala de los Reyes, se dice que en ella se realizaban charlas y actividades festivas.
Está compuesta por un salón de planta rectangular de unos 30 metros de longitud en el que se abren cinco alcobas a su alrededor, tres alcobas de mayor tamaño al este, cubiertas con magníficas bóvedas pintadas al temple sobre piel (cuya realización se debe a artistas genoveses).
Las otras dos alcobas más pequeñas al oeste se cree que fueron lugares de almacenaje por su reducido tamaño.
Antes de finalizar el recorrido por el Palacio de los Leones, se debe visitar la Sala de Dos Hermanas. Esta sala rectangular se encuentra dividida en tres espacios, una parte central y cuadrada con una fuente (la propia Sala de Dos Hermanas) y dos salas rectangulares (Sala de los Aljimeces y el Mirador de Lindaraja) en los extremos.
Esta sala posee uno de los más bellos zócalos de la Alhambra y una impresionante decoración en yesería que culminan con una majestuosa cúpula de mocárabes.
Antes de continuar, haremos una breve parada en el Mirador de Lindaraja, desde donde podremos divisar el Jardín de Lindaraja.
Continuando con la visita atravesaremos la antecámara de las Habitaciones del Emperador, pasando por un corredor abierto que nos llevará hacia el Peinador de la Reina. Este mirador se construyó sobre una torre árabe en época cristiana y sirvió como aposento a la reina Isabel la Católica y a sus sirvientas. Desde él se divisan las mejores vistas al Albaicín y el Sacromonte.
Antes de finalizar nuestro recorrido por los Palacios Nazaríes se debe hacer referencia a la belleza que encierra por su intimidad el Patio de la Reja, así como por su carácter claustral el Patio de Lindaraja, por el que pasaremos para ir a El Partal.
El Partal es considerado el palacio más antiguo de la Alhambra (1302-1309), data de la época de Muhammad III. Pese a estar incompleto, se observa la estructura arquitectónica característica de los palacios nazaríes que gira en torno a una gran alberca rectangular, sobre la que encontramos en su cara norte el Palacio del Pórtico, coronado por una galería de cinco arcos, de los que destaca el central por su mayor tamaño.
Tras este espacio nos encontramos con la Torre de las Damas, cuya cúpula en la actualidad se encuentra en el Museo de arte islámico de Berlín (Museum für Islamische Kunst de Berlín), ya que estas dependencias pertenecieron al ciudadano alemán Arthur von Gwinner hasta 1891.
Junto a la Torre de las Damas, pero en un edificio independiente, se encuentra el Observatorio, que sólo puede ser visitado desde el exterior. Y además, tres viviendas de las nueve que había originariamente.
Una vez finalizado el recorrido por los Palacios Nazaríes, se atravesarán los Jardines del Partal, pasando por el Patio de los Nenúfares para dirigirnos hasta el Generalife por el Paseo de las Torres.
En el transcurso de este paseo se divisan las siguientes torres:
Estas torres ofrecen distintos usos y formas, destacando entre ellas por su peculiaridad palaciega la Torre de las Infantas y la Torre de la Cautiva.
Los Jardines del Generalife son otra parte fundamental de nuestra guía Alhambra. Estos jardines se encontraban rodeados por una dehesa en la que se cultivaba y se criaba el ganado y la agricultura del reino. Ocupaban en su origen una superficie mucho mayor de la actual y, además eran utilizados por el monarca como zona de descanso y coto de caza.
La procedencia de su nombre proviene de una traducción de “Jardines del Alarife” que en árabe quiere decir: jardines del arquitecto.
Tras la conquista cristiana los Jardines del Generalife fueron cedidos por los Reyes Católicos a un alcaide para su cuidado, dicha alcaidía pasó a perpetuidad a la familia Granada-Venegas desde 1631 hasta 1921, fecha en la que se incorporaron de nuevo al Estado español tras un pleito.
Nota informativa de gran interés: Se dice que la alcaidía se concedió a una familia de procedencia nazarí que se convirtió al cristianismo tras la conquista.
Una vez atravesado el portón y Puente del Generalife paseando entre cipreses accederemos al Auditorio, donde se celebra anualmente el Festival Internacional de Música y Danza de Granada, continuaremos por los llamados Jardines Nuevos del Generalife, hasta llegar a un portón con una escalinata con dos niveles que nos permite llegar hasta el Palacio del Generalife.
El Palacio del Generalife, al igual que todos los palacios nazaríes, se encuentra presidido por el Patio de la Acequia, atravesado por la Acequia Real (red hidrográfica con la cual se autoabastecía de agua a todo el conjunto monumental). Este espacio en sus orígenes se encontraba totalmente cerrado, excepto por un pequeño mirador en su lado occidental, lo que confería al lugar un halo de especial intimidad.
En la actualidad nos encontramos con una arquería abierta por los Reyes Católicos en su lado occidental y en su lado oriental hay una nueva construcción que se realizó tras el incendio que hubo en 1958. Sin embargo, en sus lados menores nos encontramos con pabellones porticados, en el pabellón norte se encuentra la Sala Regia donde se ubicaban los aposentos del rey y posee una decoración exquisita. Presidida por una arquería de cinco vanos, destacando el centro que enmarca un segundo vano de triple arco por el cual se accede al interior de la Sala Regia.
Continuando el recorrido por la alcoba lateral de la Sala Regia y subiendo una escalinata se accede al Patio del Ciprés de la Sultana, este espacio en sus inicios estaba ocupado por los Baños del Palacio, pero en la actualidad la construcción que se observa data de 1584, donde se observa un romántico paisaje de vegetación y agua que encierra leyendas amorosas.
Una de las leyendas más conocidas es la que encierra el viejo ciprés:
Cuenta la leyenda,
que este ciprés de la sultana,
fue testigo de los amoríos de un caballero Abencerraje y la esposa de Boabdil .
Esta conocida leyenda se remonta a los poemas de Ginés Pérez de Hita en su obra «Historia de los bandos de los Zegríes y los Abencerrajes» (1595).
Atravesando este patio y accediendo por una escalinata se alcanzan los Jardines Altos, en ellos se divisa un jardín entre surtidores, rodeado por magnolias, rosales y secuoyas, nos invita a vivir el romanticismo más soñado, inmersos en él y recorriendo la pérgola escalonada, se alcanza la más bella Escalera del Agua, por la que desciende por ambos lados el agua de la Acequia Real para llenar de vida a todo el conjunto monumental.
Antes de finalizar nuestra guía Alhambra mencionaremos otros punto de interés:
Nota informativa de gran interés: Tenga en cuenta que esta guía Alhambra no es un documento artístico, tan sólo pretende ofrecer al visitante curiosidades para conocer el conjunto monumental de la Alhambra de manera dinámica y sencilla.