Mexuar
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El Mexuar, fue construido por Ismail I (1314-1325). Se utilizó como palacio público y se destinó a la administración de justicia.
Desafortunadamente es palacio que más modificaciones ha sufrido, tanto por musulmanes como por cristianos.
Consta de las siguientes partes:
- El Patio de Machuca
- La Torre de Machuca
- La Sala del Mexuar
- El Oratorio
- El Patio del Mexuar
- El Cuarto Dorado
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Patio de Machuca
Tanto el Patio de Machuca como la Torre de Machuca, deben su nombre al arquitecto renacentista que construyó el Palacio de Carlos V “Pedro Machuca” y que habitó estás dependencias.
Consta de un patio con una fuente y dos pórticos a los lados, de los cuales, sólo se conserva el lado norte.
En el otro lado, el arquitecto y restaurado Torres Balbás, puso sobre los restos arqueológicos del pórtico y de manera muy acertada, una representación del mismo con cipreses.
Muchos estudiosos creen este jardín fue la puerta de acceso a los palacios nazaríes en época nazarí.
La Torre de Machuca
Se trata de una torre de pequeñas dimensiones situada en el lado norte.
Debemos su construcción al monarca Yusuf I.
La Sala del Mexuar
Desafortunadamente, poco nos queda del estado real de esta dependencia, ya que es la sala que más modificaciones a sufrido hasta nuestros días.
Inicialmente, la Sala del Mexuar no tenía ventanas, tenía un tragaluz en el techo para dejar pasar la luz y una cámara elevada cerrada con una celosía, donde se sentaba el monarca a impartir justicia a aquellos que debían ser ajusticiados.
Hagamos un inciso para imaginar, las sensaciones que debió producir esta estancia en aquellos que vislumbraban al rey tras una celosía, con la única luz que traspasaba aquel tragaluz.
Tuvo que ser, sin lugar a dudas, un lugar que atemorizaba e intimidaba a aquellos que esperaban ser ajusticiados.
Todo eso cambió con la llegada de los cristianos, esta estancia sufrió múltiples cambios, se cerró el tragaluz y se abrieron ventanas, pero el cambio más drástico, fue el que sufrió con Carlos V (1537-1544) al convertirla en capilla y construir un balcón de madera para el coro.
Pero pese a todo ello, es en este lugar, donde podemos ver la integración de elementos árabes y cristianos.
Sólo debemos observar detenidamente el zócalo, donde veremos el emblema de la dinastía nazarí, el escudo del cardenal Mendoza, las águilas bicéfalas de los Austrias y las columnas de Hércules del escudo imperial.
Por último, centremos nuestra visión en la entrada actual, donde encontramos las modificaciones más recientes y que afectaron a una de las columnas de Hércules, que fue trasladada al muro este, quedando la corona de la columna de Hércules sobre el marco de la entrada.
El Oratorio
Se encuentra al fondo de la Sala del Mexuar, en su cara norte cuenta con ventanas con “ajimeces” (ventanas cerradas con celosías).
El espacio posee una rica decoración en motivos epigráficos y vegetales.
En uno de los extremos se halla el mihrab (lugar destinado al imán para la llamada a la oración), orientado hacia la Meca.
El Patio del Mexuar
En el Patio del Mexuar podemos admirar la extraordinaria belleza del arte nazarí en su máximo esplendor.
Este patio está formado por dos bellas fachadas y una fuente central baja (replica de la original que se encuentra en el Museo de la Alhambra).
La fachada norte está formada por un pórtico de tres arcos, destaca el arco central por ser el de mayor tamaño, que descansa sobre columnas con capiteles de mármol decorados con asas y volutas (extraordinarios por su belleza, originalidad y por ser únicos en todo el conjunto monumental) que dan acceso al Cuarto Dorado.
La fachada sur llama la atención por su espléndida belleza y riqueza decorativa.
Esta divida en dos cuerpos y un labrado alero de madera.
El Labrado de madera ha perdido la policromia dorada de sus inicios, pero aún conserva la epigrafía y los motivos vegetales.
En el segundo cuerpo encontramos tres ventanas con ajimeces, las dos de los extremos dobles y la central individual.
Sobre ellas se encuentra tallado en motivos epigráficos el lema nazarí “sólo Dios es vencedor” ولا غالب الا الله.
Bajo ellas y en el primer cuerpo se hallan dos puertas. Atravesando la puerta izquierda construida en recodo para desorientar a los incautos visitantes, hallaremos el acceso al Palacio de Comares.